Animae In Obitus

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lunes, 9 de febrero de 2009

Sucio Secretito

Sucio Secretito




La piel y el poder que resguarda

“No era la noche quien concebía al pétalo de rosa abandonado a mi ventana de codicia, sino el pétalo de rosa quien me brindaba la noche en la que mi codicia ocultaba la verdad de mi propia desesperación…”

Si la muerte es vengadora de frustraciones divinas, la lujuria es consuelo de frustraciones terrenales, en el abismo de la realidad, donde ningún corazón es lo suficientemente fuerte para latir por su cuenta, la piel esconde secretos tan inicuos y ominosos que son capaces de levantarnos a nosotros, los hechos de piedra, de nuestro cementerio calizo de fervores inexistentes.

Yo, pecador de los siete mares del vicio y la vileza, soy victima de las historias del poder oculto de la carne, ese que resplandece en los ojos de las bestias nocturnas, cuya casta lasciva todos llegamos a compartir cuando las cadenas de la moral son demasiado débiles para combatir la violeta gehena de la podredumbre de la ética y el subsecuente deleite de un hueco rellenado por el licor de la codicia y la lujuria…

Me he embriagado aprovechándome de la debilidad ajena, alma adormecida por el somnífero de la tristeza, me encadené a sus placebos de oscuras pasiones de naturalezas indecibles para los hipócritas que pudieron temer por aquella víctima de la ninfomanía…Fui carnívoro persecutor de una rosa desconsolada, flor perdida, abandonada por dios en las manos sucias de falsos profetas, tan falsos para ellos como para todo lo que envenenaban con sus delirios y prohibiciones inhumanas… quitarle la bendición de la brisa a pétalos que amenazaban con marchitarse, quitarle el tacto a algo tan rico en piel, necesitando sentir algo mas allá del dolor…

La gracia del vicio (sucio secretito)

Detrás del palacio de las cruces, un camino secreto se escondía, atravesando jardines solitarios que en mi vagancia recorría, bosque diminuto de lágrimas para quien no cree en lo que resguarda su dueño. Y como tal la encontré, bella en su púrpura y radiante tristeza, con ojos que destellaban un fulgor prisionero; tome por certeros los favores de doble cara que sentí poder hacer por ella así como mi habilidad para concretarlos. Avancé discreto y predador, buscando con la mirada las lágrimas, buscando con mi lengua de serpiente su corazón... un saludo bastó para llegar a las primeras, un consuelo bastó para que en lo segundo me levantara vencedor…

Pronto el feto del vicio se formó entre los dos, en el momento en el que Jesucristo no era el objeto de sus visitas a aquel decadente palacio de marfil, empezamos con vagas e insignificantes menciones de risas frívolas y sin ningún alcance real, hasta que el juego sobrepasó las difuminadas barreras de su mente exponiendo la flor de la curiosidad que en ella dormía…

Habló de encantos de niveles que la gente de blanco veía tan abajo con una gracia tan viciosa, y como si fuese la más agraciada de las delicias terrenales, incluso cuando ella no las conocía en carne propia… escuchaba yo encantado cada fantasía abrumado por ver una sinceridad tan pura en instancias tan sucias, anonadado por haber coincidido en hecho e intención cuando decidí acercarme de forma casi soñadora en esperanza de satisfacer un viejo instinto… Una sonrisa torcida en mis labios le presento la realidad cruda y cuando su mirada se posó en el trasfondo de mi mirada entendió a donde habían llegado sus palabras y deseos, y eventualmente, como una declaración de servicio incondicional un beso sin amor dio rienda suelta al inicio de una era de vicios y libertinaje sin límites, al principio de una forma tan pura, que incluso en la poesía en su consumación se susurra excusas…


“Entrega… alma viva, alma sulfurada
No volverás a la oscuridad
Promesas jamás dichas de pasiones inevitables
Un suspiro se ata entre dos bocas sedientas
Abrazo de un nuevo horizonte
Dejo de melancolía en su desaparición
En este momento somos uno para dejar de ser quienes fuimos
Abandonamos a la pureza primigenia para ser la piel que nos han concedido…”


Hasta puntos que jamás creímos pudieran ser conocidos… más allá de aquel jardín llegué a averiguar y satisfacer tantas curiosidades… primero como palabras calladas entrabadas en una danza de dos lenguas, después como gritos desgarradores de todo tipo de pasiones en medio de dos cuerpos fundidos en uno, de forma frívola, de sus noches solitarias donde no había nadie en casa, de los días donde yo no tenía para qué volver a la mía…ocupábamos nuestro tiempo en descubrir todo lo posible, todo lo que los días ciegos y las noches sordas pudieran brindarnos, siempre que nadie mirara, siempre que los dos pudiéramos compartir a la vista de nadie nuestras mudas palabras…nuestro sucio y dulce secretito…

Y así todo lo frívolo se veía tan vacío cuando se comparaba, pues lo nuestro era lo más bello de lo que no tiene nada por dentro…y así, la belleza de nuestra frivolidad era increíble…tan increíble que un día me olvide de ella… tan increíble que sin darme cuenta la desee toda para mí… y solo en mí…

La corrupción de la dulzura

Cuando el templo cae, Satanás construye sus ciudades… cuando el corazón se debilita, pero la pasión sigue en pie, la codicia edifica sus obeliscos y altares sobre piel fértil…

¿Te enamoras de mí o de la presencia de aquello que buscaste tanto tiempo en bosques de frío cristal? ¿Me enamoro de ti o de la ausencia de aquello que he querido olvidar en la gehena de mi realidad?

Hubo más de una verdad en el inicio de la decadencia de nuestras intenciones, no sé si sea yo el responsable… lo cierto es que el poder que la piel resguarda es una infusión narcótica de niveles sin paralelo… ningún ajenjo, ningún alcohol, ningún vicio más poderoso… nada deprime y alegra al mismo tiempo, nada te hace gritar un dolor que viene del placer… nosotros encontramos esa verdad, y como en muchos casos similares con vicios inferiores, el exceso comenzó a cobrar su parte…


Dentro de mi mente las palabras exactas para atarla a mi, dentro de mi alma un vacio carnívoro, en el cual compasión por ella no figuraba… dentro de ella el mismo vicio, pero pintado de luto, ataviada en un vestido de funeral cada vez que su ropa caía al suelo… la marca de la codependencia, las cicatrices de la falta de virtud y honestidad, la presión de la falta de autoestima, sucio san Valentín de cada noche, más negro que rosa, si es que algún color tenía… estrellas sin brillo que bajamos juntos para en ellas perder el calor que nuestras mentiras otorgaron… la corrupción de la dulzura, lo sabíamos y sentíamos pero no podíamos dejarlo ir, una era de opulencia que disfrazó nuestro desdén…


“Codicia… carne viva, enrojecida
Manifestación de ceguera sentimental
Una promesa convertida en extorsión, pasión sin alma
Nadie respira, solo se gime, se goza y se llora
Enajenación en el horizonte púrpura que se esconde bajo las sábanas
Inescrutable libertinaje de ambiciones egoístas autodestructivas
Hoy somos nada más que animales llorando la muerte de nuestra humanidad
Abandonamos lo que es digno en nosotros para crear el placebo perfecto…”

Había días en que era como desaparecer, encerrar la realidad en un cuarto sellado de hospital e inyectarle anestesia por la yugular, entonces despertábamos y sus lágrimas pagaban la cuenta mientras mi indiferencia daba la cara para entonces llorar por dentro también cuando salía del pequeño apartamento… creo que solo al llegar al infierno sabré si era yo tan malo como sus ojos apagados me reflejaban… había días en los que parecíamos conocernos una vez más, pero el sabor se hacía amargo de una manera tan fugaz que me sentía tentado a quedarme solo con la expectativa, era dulce por más tiempo que su piel… y aún cuando yo también empecé a sufrir me mostré débil, débil ante una insistencia mutua que se fundaba en cosas tan triviales pero en nuestras mentas tan reales como el hecho de que nuestra pequeña satisfacción de desvanecía por el uso excesivo…

Habría enterrado todos mis muertos en su piel si el tiempo me hubiera ajustado, habría derrochado en ella todas mis ansias y vengado en ella todas mis rabias y envidias… pero el rosado destellar se empezaba a desvanecer de nuestras estrellas personales, así como de ella, nuestras velas se fueron con el viento… sin embargo una sobrevivió en alguna parte de su ser, una pequeña chispa de esperanza que destinó a mi ceguera viciosa a desaparecer… era tiempo de pagar mis platos rotos así como la serie infinita de mentiras que se ocultaron bajo nuestra piel… un placebo que ya no la engañó más…



Rigor Mortis (Karma)


Huecos infinitos en el libertinaje, un nido de amor sin amor alguno, un día ella estaba muerta como el pavimento, ni siquiera el calor humano nos acerco aquella noche, sentí estar con una estatua cuando entonces escuche su voz en la articulación de algo más que tenía tiempo sin oír, palabras…


-Creo que ya no tenemos nada que hacer aquí…
-Nunca he tenido nada que hacer aquí... hace mucho que deje de venir por placer, y que empecé a venir solo para compartirte mi infelicidad…
-Lo sé… y yo ya no quiero…
-Tienes un vicio, igual que yo… no puedes dejarlo, incluso cuando signifique cargar con un poco de infelicidad ajena
-Lo que tu no sabes, lo que nunca te ha interesado ya, es que no cargo solo con tu infelicidad, cargo con la tu también me creas…
-¿…te hago infeliz?
-si…muy infeliz… ya… no siento que sea nadie… ya… no siento que estoy con alguien… siempre estoy sola, pero cuando vienes soy infeliz al saber que incluso cuando alguien está tan cerca de mí, estoy tan sola como en medio de la nada… ya no puedo hacer nada sintiendo algo tan triste…y… ¿sabes qué es lo peor?... saber que estoy sola, estando con alguien que es tan malvado como para saber lo que me hace y seguir haciéndolo…

Y lloró… lloró en silencio a mi lado, un llanto que me reveló el monstruo en el que me había convertido gracias a la excusa idiota de la soledad y a la debilidad inicua de ser un vicioso… en verdad sentí el arrepentimiento, en verdad sentí un enorme odio por lo que había hecho… no sabiendo durante cuanto tiempo se prolongó el silencio decidí que mi cuento sucio de hadas había terminado y era tiempo de partir…

-…lo sé… yo sé que… te he lastimado mucho…
-...me convertiste en una adicta… hueca… nunca quise…
-…perdóname…
-Creo debes irte…
-...y no voy a volver… pero ¿sabes?... a pesar de lo que te he hecho… de lo que… hicimos… tu tienes esperanza… tu eres… mucho más fuerte que yo… tu hablaste… tu… confesaste tu infelicidad, aceptaste tu soledad… estarás bien… con el tiempo…
En cuanto desaparezca de tu vida… espero que un día me perdones…


Y solo su mirada triste dio respuesta, sumiéndonos en silencio, roto solo por mi despedida y un beso seco en su mejilla y mis pasos alejándose del edificio…

Un hoyo más en mi historial de decepciones, pero este va por mi cuenta, el futuro pinta de luto de nuevo, como me es familiar, no se qué fue lo que perdí o lo que se rompió dentro de mí, sin embargo la verdad fue lo suficientemente clara para mí… apagar las luces de nuevo en el cuarto de las esperanzas falsas, pisar tierra de nuevo, prepararme para un largo síndrome de la abstinencia, un precio enorme a pagar por un placer tan fugaz, un juicio justo y un castigo merecido por manchar la inocencia con mi frustración… debí quedarme con mi soledad, sus placeres no se gozan tanto, pero conmigo siempre duran más que todos los demás…

“Realidad… frío verdugo de ilusiones
En realidad solo yo deje de ver
Mi promesa fue grabada con sudor pecador y nada más
Un rechazo desata hilos de carne exponiendo un espíritu ardido
Confieso mi desviación, busqué quedarme dentro de ti por siempre, sin estar jamás contigo
Confieso mi egoísmo, corto mi lengua de serpiente
Ahora eres luz, eres mucho más fuerte que yo
Tu sonrisa confirma la marcha fúnebre de un lazo enfermizo
Y conmigo se queda la enfermedad, piel helada, soledad
Estrellando en mi cara la evidencia de un antes ignorado sin embargo preconocido karma…”

Poetry as murder

Poetry as murder