Dejar pensar, dejar creer Dejar llorar, dejar sentir La verdad es la verdad
Acabar de pernoctar en arrepentimiento y de temerle al ala del alba que no se acaba de consumar, en un mundo que ya no existe, adulador de la noche eterna y de los gritos arsénicos de inocentes que no hablarán de nuevo…
Dejar de reprimir Dejar de oprimir Solo puedo vivir con ello
Escurrir bajo las puertas de una alcoba testigo de milenios de enclaustro Una historia cuyo final es difuso, desentendida del perdón y la bondad De los constantes susurros del inmortal plano de las lágrimas de óxido Encontrar la sonrisa que se arrinconó bajo la cama…
Dejar hablar, dejar decir Dejar descansar, dejar morir Los recuerdos, las letanías del sangriento concreto
Cruzar el umbral del tormento, desecar las pesadillas que ronronean a mi lado No empezar de nuevo y empezar algo nuevo, recoger mi conciencia del suelo, apartar mis manos del brillo metálico del pecado antiguo y preocuparme por el cáliz que hoy bebo…
Dejar desear, dejar amar Dejar pasar, dejar vivir Marchitar lo que ya no vive en mí… Aceptar la verdad Empezar a superar para olvidar…
“La verdad es la verdad, y lo único que podemos hacer es vivir con ella.”
Cambiar, reír, soñar, aceptar el beso del ángel y suspirar Temer y desertar Fantasear con volar La cara hacia el cielo en el lecho voltear
Denegar, sollozar, hablar Dormir, mentir, fallar Procesar el concierto discorde de un reloj que va para atrás Llegar al principio y brincarte hasta el final
Dormir e incluso allí fracasar Cuando engulles la arena falsa de los sueños Y el alma a media luz contempla su asfixia Y se cree la mentira de no volver jamás…
Sentenciar, volver a mentir y olvidar Acabar con el instinto de automutilación Ingerir las pastillas, rezar por noches sólidas, pensar que te salvaste Ahogar el pensamiento… desvanecer, desfallecer, morir…
Abstener, debilitar, suspirar Saber que no volver a pensar en ello es la cura para no regresar al círculo mortal que nos encadena a la tragedia que te ha de enviciar Y entristecer al ver que en sacrificio el alma se va…
Romper, desentender, gritar El orden se rompe de nuevo La maquinaria se de tiene y, eventualmente, se abandona a la aleatoriedad Arrodillarte, y sentir la desesperación por infinitesimal vez…
Sacrificar tu estabilidad por volver…volver mil noches más… Y extrañar… y abandonar… y sofocar… y sufrir… y llorar… Hasta que las defensas se desgasten y rompan cual débil cristal Y sentirte desajustado una vez más…
Tu noche augura pérdida, tu tierra nos apura a partir
Te escribimos despedidas, brindamos por una eternidad para ti y para mí
Nos comerá el alba en cuando la luna caiga
Entonaremos las canciones que antes nos hacían llorar para alegrar nuestro funeral
Ay madre… de nuevo vamos a morir…
Mamá, no vamos a sobrevivir
Esto es más horrible de lo que puedo decir
El humo se alza y la sangre por el pavimento avanza
Los gritos emancipan de nuestro ser la esperanza y mi miedo no lo puedo describir
Allá abajo tus criados nos arman un cuartito del que pronto nos vamos a servir para relajarnos y abandonarnos de una causa perdida, un acogedor lugar para después de morir…pero hoy, madre mía, no vamos a sobrevivir…
Mamá, cuando el sol llegue, ¿Aún nos cargarás de culpa?
Ya recibimos varias veces el castigo por destruir lo que ocultas
¿Dejarás que el fuego nos erotice finalmente?
¿Nos abandonarás al clímax del fetiche de nuestra existencia?
Al éxito de nuestro proyecto de fracasos en cadena
Y un pequeño trozo de un amor abandonado como última chispa, cuando nos abracemos y acabemos por decirte adiós…
Mamá, perdona, todo fue una mentira…
Es difícil de admitir, pero ya oigo tu enjambre de moscas que por nosotros suspira
Una disculpa se que no te basta, pero ahora temo tu ira…
Y cuando partamos quiero pensar en una acción honesta
En una síntesis de arcoíris coloreada por toda una vida
Y pensar que jamás te apuñalé en la espalda con excusa de mi cómoda desdicha
No quiero pensar en guardarme el secreto de que mi rol contigo, mi dominio y mi prepotencia, todo fue una mentira…
Ay madre mía, lo que tus castigos me han hecho ahora…
Lo que tus gritos y tus reclamos le han hecho a mi piel, a mi corazón…
Amputaste mis piernas, mis manos ardieron en el un fogón que yo mismo te ayudé a preparar… quisiera que hubieras hecho arder así la infección con la que tu alma se pudrió… aquel día en el que decidí besarte en aquel secreto lugar donde mi hermana mayor, conciencia, me dijo que jamás debía tocar… debiste criar a un paralítico o quizá comprarte una mascota… o quizá debiste abortarme cuando sentiste que te mordía cuando ni siquiera dientes tenía… aunque quizá también, un mejor hijo pude ser…
Hoy niegas la patria potestad hacia un hijo bastardo que por amor quisiste reclamar, ahora, después de tantas barbaridades que he hecho contigo… encuéntrame un rincón donde pueda olvidarte y sentir que solo en mi humana cabeza te puedo volver a ver y quizá crearte otra vez y esta vez no dejarte ir jamás… y si te ahuyentase una vez más, te pediría que jamás me dejaras volver a ti, mi amor…
“Y qué tal si esta vez que vuelva, cariño, en vez de violarme… ¿me cantas una canción?
Que tal si te abro la puerta, querido, y entonces quizá quieras conversar…
Hacerte sentir una milésima oportunidad, vivir juntos una vez más, madre e hijo que pueden vivir en paz… perdonarte y esperar que esta vez hagas las cosas bien… quizá puedas recompensar esta fe ciega que siempre acabo teniendo en ti… quizá si lo intentas puedas sobrevivir…”
Si… pero esta mierda que he hecho y en la que he convertido mi ser no me dejará verte a los ojos sin quererte sodomizar… esta vez madre mía, no dejes que tu hijo pródigo vuelva a casa…
… nos condenamos después de todo, con todas nuestras penas y glorias, nos burlamos, matamos, jodimos y bebimos las reservas de una existencia completa…perdimos, después de todo, fuimos demasiado lejos para regresar, nuestra tierra arde y nosotros seguimos cantando la misma canción y brindamos en nuestro propio funeral, lo que hemos hecho no nos deja dar vuelta atrás, la única oportunidad que sé que vamos a aceptar será la de embriagarnos esta noche hasta lo más hondo de nuestra inconsciencia, gozar como insanos hoy para mañana morir y regresar a las cenizas de las que mamá nos creó, y con algo de suerte, quizá empezar otra vez…