
I. Decadencia
Los espectros en mis párpados
Los fantasmas de la almohada
El agujero negro a mi lado
¿Qué eres?
He estado escuchándote
Me he aturdido hasta las lágrimas
El silencio sofoca más que la sobra crepuscular que inunda mis palabras
Cómo quisiera poder entenderte
El viento es cacofonía
El ambiente es sin sentido como campanadas en el desierto
Y en el auge de la agonía quiero imaginarme que tu voz me llama a casa
Y he estado escuchándote tanto…
Tu música se filtra hasta el abismo de mi cabeza…
Las palabras se escurren por mis ojos
Una caricia imaginaria se encarna en el sonido de la liquidez golpeando el suelo
Y como río de agua para jamás ser bebida escapa en un mar de nada
Y quisiera entenderlo…
Desconocerlo
Romperlo
Secarlo
Desecharlo
Olvidarlo…
Y desearía poder tenerlo
Tocarlo
Robarlo
Abducirlo
Corromperlo
Poseerlo…
Mataría por un segundo real entre mis dedos…
Escapar con la sensación
Instantes eternos de lenguajes de otros mundos
Y sentir que a algún lado pertenezco…
Moriría por alcanzarlo
Lograrlo
Superarlo
Sentirlo
Gozarlo
Vivirlo…
Y te he estado escuchando
En mi cabeza, en el aire
En el trasfondo de la imagen vomitiva y repulsiva de la realidad…
Y juro que he intentado alcanzarte…
Pero nunca puedo…
No hago más que perderte en la infinita cascada de mis lágrimas…
Pero nunca he podido…
Me he mantenido a la sombra de tu sonrisa, donde no puedes verme…
Pero no creo poder jamás…
Tengo tanto miedo de cortar el hilo que hace que tu voz me siga hablando en mi imaginación…
Creo que algunas veces se está destinado a fallar…
Y daría mi alma por un instante…
Y es triste saber que lo sabes…
Saber que después de todo
Mi dolor no es suficiente para mantenerte hablando…
Se que al final, solo te vas de mi lado…
II. Distorsión
Siempre las nubes se han coloreado de rojo cuando los suspiros se intercalan con las realidades creadas por la esquizofrenia del tiempo… y siempre segundos después de la mirada amenazante, existe la gota que derrama el vaso de la bóveda celeste, y aquel que se atreve a danzar con el espectáculo de la pérdida vuelve a su naturaleza, y junto con todos los demás se convierte en una briza más que anuncia la siempre fresca y apreciada lluvia de las exequias…
Cuando el instante es inerte en el plano en el que vivo, mis pasos son ceniza que flota con el viento de lo que es verdad, el momento de mirar atrás se vuelve tan repetitivo e inútil como mirar la huella que se borra por las olas del mar, y cuando la pregunta asecha en el corazón de los deseos, la piel se desgasta y se rompe como papel, dejando fluir el líquido de las memorias, dejándome indefenso ante lo que se esconde detrás del velo de la nostalgia, la realidad…
Y me ahogo en residuo de mis soliloquios mentales…
El sol nunca viene
Cada día es una promesa muerta
Y si alguna vez alguien mostró compasión la vida lo ha roto en su venganza
Y si alguna vez existió el deseo, o la ilusión del amor se volvió tangible
El frío se llevó el calor que lo alimentaba…
El alivio nunca viene
Cada instante de la espera es uno más destinado a la desesperación
Si se busca salir la oscuridad, se encarga de hacerlo volver o morir
Si se busca romper el ciclo, el ciclo devora, convirtiendo la esperanza una palabra más
Hueca, sin sentido, como aquél que creyó en ella...
La sonrisa nunca llega
Cada cosa que se le parece es la alerta para sentirse amenazado
Vivir es ser en calidad de disturbio, de miedo
Se busca pero no se encuentra, se ama pero no se puede con el odio
Solo se desvía la mirada de lo que se siente como la peor cara del mundo…
La paz nunca llega
Cada movimiento es una incitación a la violencia
Entre los muertos el secreto de la tranquilidad se esconde
La cura para todos los tormentos mentales y el final del juego de la interacción de los sufrimientos, lejos de donde la única briza que sopla es la que hace caer la lluvia de sangre…
Y si la voz que habla en mi cabeza se apaga no hay quien evite que me acose
No hay quien evite la tortura de saberlo cierto
De escuchar desde el interior al peor juez
Saber que no hay caso, y aún así sufrirlo…
“Tú eres la frialdad que marchita el amor una vez deseado
Tú eres el dolor que abandona toda esperanza de ser una mejor persona
Tú eres el rostro de la peor cara del mundo
Tú eres la briza que hace caer la lluvia de sangre…”
"Pero no quiero…"
"¿Quiero?"
Pago vacío, palabras vacías, ni un descanso, ni un minuto de sueño plácido, inocente, justo y necesario… cada una de esas migajas de pan que los soñadores saborean me recuerda la pestilencia que se guarda en lo profundo de mis entrañas, aquella que drena todo lo que nace dentro, y destruye lo que logra tocar afuera… son el memorial de mi hambre, de mi enfermedad, de mi martirio, de mi soledad…
Agujeros negros, mi paseo favorito
Disidencia, decadencia, desidia, abulia
El problema está en el vicio
Y es un tesoro sentir la briza de los planetas que aún tienen vida…
Pero cada día hay un hoyo más en mis pulmones…
Háblame de universos contiguos
Aquellos que se mezclan con el mío
Escúchame decirte “voy contigo”
Y mírame ser dejado atrás
Quedarme profanando los cadáveres de los delirios del pasado…
Échame una mano y dame una excusa para sentirme bien
E incluso para mí la petición espatética…
¿Qué tan mal se está cuando hasta sentirse bien apesta?
Y no es que escape…
Ruego por el tacto
Ruego por la sonrisa
Me las han prometido…
Y las he buscado
Y he luchado por ellas…
Me he cansado sin embargo eso no es lo que importa…
Me detuve al sentirme demasiado herido…
“Pero, ¿Yo he cumplido mis promesas no?
Confío en que aquella fue cumplida
Es solo que todavía no llega…”
¿Y si es él?
¿Y si es ella?
¿Y si son ellos?
¿Y si soy yo?
"…Me siento amenazado…"
¿Vas a ser tú quien tome mi mano?
Te tengo miedo
Eres silencio
Eres ceniza
Eres fuego
Mis reflejos me traicionan y mi taquicardia anímica me presiona
¿Quién eres?
Me pesa respirar
La presión me aplasta, pero no soy capaz de pedirte ayuda…
“Aléjate”
IV. Violencia
No soy capaz de ver dentro y callar la voz infernal que me hará alejarte de mí…
No me atrevo a ver quien soy…
Le temo a la voz que reside enterrada en mis pulmones
A la cara que está detrás de la imagen…
La voz tortuosa que invade mis dedos pide sangre
Si los momentos más traumáticos de toda una vida son el infierno del soñador entonces es soberano de todas las pesadillas
Y los súbitos despertares no me dejan dormir tranquilo
La imagen distorsionada del espejo
El monstruo debajo de la cama
Me la paso escondido bajo las sábanas escapando de él…
Y si… lo odio más que a nadie
Y sin embargo no he logrado encender las luces
Y si… es el único rastro de falsa compasión que llegué a mostrar dentro de los laberintos de fotografías que elogian a la culpa y al arrepentimiento…
Y aún me niego a pedir perdón…
Me niego a ser yo
A luchar contra él
“¿Por qué?”
Porque la miseria es tan sencilla
Porque el vacío no necesita de nada…
Y la costumbre puede detener la expansión del universo si se lo propone
Por que el tiempo ha hecho las manchas perpetuas
Y el alma demasiado roída para sentirse con ganas de sentir lo contrario
Para querer tantas cosas…para pedir perdón, rehacer una vida, pagar por las vidas y las millones de malas decisiones tomadas…
Alguien alguna vez dijo que la única redención se encuentra sanando las heridas causadas... “si bien no puedes cambiar lo que ya murió entonces has lo mejor por lo que aún tiene esperanzas de nacer… es más duro que simplemente dejarse ir, es una batalla de toda la vida, pero en verdad, hace sentir mejor…”
¿Pero cómo seguir con la eterna lucha?
Estoy harto de las buenas acciones
Mi respiración se agita, mi rostro se endurece
La bondad no vuelve
La compasión no es mutua
La lástima apesta
La caridad no existe…
La condena no se reduce
el placebo es fatuo, efímero y amargo
¿Es entonces el perdón el fruto del castigo?
¿Los ángeles no cuidan de los demonios?
¿Es que en la vida real no hay padre que reciba a sus hijos pródigos?
¿Qué caso hay en reclamar la vida arrebatada en venganza entonces?
Y no es la herida… sino la infección…
Un cáncer que se expande en todos los lugares en los que alguna vez creció la esperanza
La enfermedad que mueve el péndulo que oscila hacia la frente de mi sanidad
La voz que susurra plaga, dolor, muerte, odio, sinsentido
Aquella que arrastra a la oscuridad y provocan a la bestia dentro
La que me incita a traicionarme
La que me dice que quiero ser alguien que detesto…
Y es terrorífico pensar en querer ser aquel de nuevo
Sacrificar los nuevos tesoros
Aniquilar a la iluminación por la más pura y familiar penumbra…
Escucharte en medio de la noche
Cuando el inconsciente traiciona
Voces de ultratumba que no dejan de decirlo…
“Quiero ser la frialdad que marchita el amor una vez deseado
Quiero ser el dolor que abandona toda esperanza de ser una mejor persona
Quiero ser el rostro de la peor cara del mundo
Quiero ser la briza que hace caer la lluvia de sangre…”
Pero no me dejaría…
Si volviese no tomaría el camino de vuelta a casa
Si ganase no me dejaría caminar sobre la tierra
Si por mis manos la oscuridad se escurriera en sus mil grotescas formas mis promesas dejarían de tener sentido dentro del mundo que vio morir la distopía de mi mente
Yo sé qué es lo no quiero…
Pero la fuente del desajuste no es el querer…
Es la duda de la capacidad para evitarlo y el miedo a saber la respuesta…
Sé que hay alguien que ya llegó a casa
Sé que si estoy partido en dos, es por que uno se quiso aferrar a lo que ya no existe
Sé que hay manos que pueden ayudar a caminar, pero los pies que caminan son míos…
Sé que solo me quejo ante mí
Y que al final, mis plegarias solo llegarán a mis propios oídos…
Muéstrame tu rostro victorioso, por el fin de un eón de amargura
Vuelve conmigo y arrópame en el invierno del alma sucia
Concédeme la fuerza de aferrarme al presente
Toma el relámpago y hazme olvidarme del estruendo
Conviértelo en instante luminoso, en contemplación fantástica
Aparta el terror de las luces que dejan a ciegas y no me dejes a la sombra de la nada
Deshaz el ruido impregnado de violencia
Destruye el silencio marcado por la soledad
Recuérdame los momentos invaluables por su belleza y ayúdame a apartarme de los que se recuerdan en la acidez de las lágrimas
Muéstrame el mundo, muéstrame la obra de arte escondida detrás del caos y la ruina
No me dejes caer en el deseo de fundirme a este
No me olvides, déjame verte a los ojos, déjame respirar, tomar la fuerza y levantarme de nuevo… muéstrame el camino fuera de la caverna de mi mente
Dame un instante de consuelo, abrazo preciosísimo que atesoraré en el centro de mi alma…una caricia por el perdón de mis pecados, por mi culpa, por mis muertos, por mi luz, por mi oscuridad, por la majestad de lo que nos espera después de la venganza de la vida, vida tuya, vida mía, por nuestra unión, por nuestra paz…
Uncontrolable vomit... oh well...
1 comentario:
Cuanto dolor.
Convertirse en algo. Querer escapar, querer vovler... No saber si se es capaz.
Chistosamente divertido... Pero cruel.
Me encanto la mayoría, lleva un rito mas o menos constante y va subiendo y bajando niveles de impacto paulatinamente... Hasta llegar a la plegaria... Una casi divertida "redención".
Adiós.
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