Animae In Obitus

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sábado, 4 de agosto de 2007

El nombre del Cuervo

Nada es peor que el “nunca jamás”, es una frase de desilusión, de decepción, de muerte y dolor, de inconciencia y desconocimiento, es un sentimiento en forma de pared que alimenta la belleza de lo que no va a ser, un vacío sediento de sangre anímica que se llevará también pedazos de conciencia, es una sentencia gélida que no terminará en una silla eléctrica o una prisión de cristal, sino en un hoyo negro sin fondo con paredes de dolor y desesperación, “nunca jamás” decimos cuando hemos perdido las esperanzas, cuando alguien no volverá, cuando hemos decidido que la vida nos ha derrotado y hemos de olvidar un sentimiento hecho para despedazarnos, es la manifestación del fracaso y de la pulcritud del simplemente no intentarlo, la muerte de la lluvia en el desierto, la esperanza de la lluvia ácida al caer y morir en piel deseosa de sentir algo mas que una oración de aliento o de odio, nunca me ha gustado decir nunca jamás

“Nunca jamás” en el amor, es romper toda la visión de un futuro feliz, las ganas de adolescente de ser algo para alguien, es el símbolo de un corazón roto y de una tormenta eléctrica paralizada por una avalancha de oscuridad y pasivismo, cuando llega el fin se pronuncia la frase maldita y el destino queda sellado, es la bendición funeral de aquel minuto de ósculo que prevalecerá solo en la memoria, para jamás repetirse, es el final del mundo, la última caricia de flor de primavera, la ultima carcajada cálida del verano, la ultima hoja que contemplara la caída del otoño, el último copo de nieve cristalino que refleje la esperanza de una nueva primavera, es descripción de la nada por dentro, es vacío, dolor y pena, es decir, nunca jamás volveré a abrazarte, nunca jamás volveré a sentirte, nunca jamás volveré a ser lo que quería y nunca jamás será nada, solo por siempre para no salir nunca jamás estaré viajando por este corazón atormentado por aquella misma frase, salidos de unos labios que no sentiré nunca jamás

“Nunca jamás” en nuestro cuerpo físico es decir, no volveré a sentir que haré algo, no volveré a sentir alguno de esos placeres o dolores banales que forman una pequeña parte de nuestra existencia, no volveré a escribir, no volveré a caminar, no volveré a soñar, no volveré a ser visto igual no volveré a sentir que soy yo mismo, es como decir que falta algo que no estuvo y no estará, solo existe como una espina en nuestros recuerdos, en nuestro querer volver a aprovechar cuando lo teníamos, una mano, una pierna, un ojo, es una pequeña muerte, la muerte del piso corriendo bajo nuestros pies, la muerte de nuestra utilidad completa justificando nuestro medio físico, la explosión eterna de apreciaciones oculares que solo apreciamos cuando la contemplamos en la ausencia de uno de los dos ojos, como una nube de humo dando un sabor a decepción y vacío en nuestro ser mas esencial, “nunca jamás” es perder una parte de ti, por mas sencillo que suene, “nunca jamás” incluso en algo tan sencillo, es una pequeña muerte de una parte de ti que no tendrás nunca jamás

“Nunca jamás” en una vida entera, es de lo peor que oculta esta frase maldita, es un suspiro profundo y sonoro, anunciando la partida de algo que amamos, seguido de una manifestación de todos los sentimientos autodestructivos existentes en ti, por el “nunca jamás” contemplado en un lecho de muerte, sellado por el agua de la tristeza y la agonía, por tus lágrimas, en una cama deseando que el tiempo regresara y ese “nunca jamás” se convirtiera en un “esto nunca jamás va a pasar”, jamás lo viste venir y con un triste “nunca jamás” aceptas que nunca aprovechaste la presencia de ese estado de gracia de aquel ausente antes de su partida, como si alguna vez hubiera existido la gloria mas grande del mundo, de todos los imperios de este universo cargados en un solo corazón, y con la debilidad del hilo de la vida haya sido tambaleado hasta sus entrañas, y cortado lentamente hasta la muerte, formando solo un recuerdo de hielo, condenado por el “nunca jamás va a volver” coronado por esa frase insensible y desdeñosa, como uno de los peores medios del destino, nunca jamás volverás a tocarlo, a oírlo, a sentirlo, a verlo, hasta que tu propio destino sentencie que nunca jamás volverás a ser lo que te quedo después de perderlo todo en ese lecho de muerte, el mayor símbolo del “nunca jamás”

Incluso para coronar la tragedia el mundo entero será destruido por un “nunca jamás” en su momento, el descenso de la ultima palabra será con frases como “nunca jamás debimos conocer el placer del asesinato” “nunca jamás debimos rendirnos ante las palabras de la serpiente de la guerra” “nunca jamás debimos rechazar nuestra última oportunidad” ahora que todo se acaba no queda mas opción que la eternidad, un por siempre basado en un nunca jamás, ese momento será momento de caos, muerte y destrucción, la sangre sellando el pacto de clausura permanente, junto con todo lo demás que alguna vez pudo valer la pena, nunca jamás volveremos a ver un amanecer, nunca jamás contemplaremos la vida desde lo pequeños que somos nosotros, nunca jamás hallaremos mas gloria en este mundo pues ya se ha terminado, ese será el colmo y el mayor ejemplo del nunca jamás, culminando nuestra existencia tal como Leonora en cierta noche donde decidió el destino de alguien cuya pena estaba destinada a durar por siempre

Nunca jamás es el nombre de la perdición de todo lo que quieres y amas, es la frase de toda sentencia macabra y desesperanzadora, en cada noche fría de lágrimas reales, en cada sepulcro de amor real o de esencias amadas se encontrará la huella de aquél cuervo que carroña nuestro corazón cadavérico, tal como en la noche gélida de diciembre donde se plasmo el nombre de los pecados del destino, el cuervo llamará a nuestra puerta mientras desconcertados los sentimientos preguntarán el nombre de aquella pena demoníaca, y cuando en terror caiga de rodillas el corazón, con fría voz de ultratumba y de condena entrara el cuervo por la ventana, citando el nombre de su presencia negra y de su encomienda, su nombre es “nunca jamás” y sin escapatoria serás atormentado por su sombra, deseando escapar mientras se posa en la cúspide de tu alma para no abandonarte nunca jamás

“Entonces, este pájaro de ébano cambió mis tristes fantasías en una sonrisa con el grave y severo decoro del aspecto de que se revestía. “Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—, no serás un cobarde, hórrido cuervo vetusto y amenazador. Evadido de la ribera nocturna. ¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!” Y el Cuervo dijo: Nunca jamás.


¡Sea esa palabra nuestra señal de partida pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso. ¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica. No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira que profirió tu espíritu! Deja mi soledad intacta. Abandona el busto del dintel de mi puerta. Aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta. Y el Cuervo dijo: Nunca jamás.


Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo. Aún sigue posado, aún sigue posado en el pálido busto de Palas. En el dintel de la puerta de mi cuarto. Y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que está soñando. Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrá liberarse. ¡Nunca jamás!”
...sin comentarios... la cancion de hoy, Harvest de Opeth, y un video que me agrado como quedo con la cancion, The lava Phoenix de Fantasia de Disney con Swangsong For a Raven de Cradle of Filth...Enjoy




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