Animae In Obitus

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sábado, 31 de mayo de 2008

Ataque Misántropo

Ataque Misántropo





Una vez, hace un buen tiempo, vi una luz roja en el cielo de adoquín, era una estrella rojiza titilando en un insípido mar de blancura empolvada, estaba muy disperso, desconectado de las afonías a mi alrededor, y este punto era realmente esclavizarte pero bastante gentil en su forma de deslumbrar…y bueno, a mi alrededor estaban estos… sacos de ruidos y carne, estaba escribiendo en la madera y parloteando con el aire, pero estas criaturas insistían en molestarme… había manos y risas ataviadas por un aparente éxtasis de vacío, parecido a un tablero de ajedrez con solo peones…

Al principio todo estaba bien…normal… en aquel punto donde nada es lo suficientemente malo para estallar pero tampoco lo suficientemente bueno para disfrutarlo… pero después empezó uno de aquellos momentos donde la luz pierde su encanto y fango inunda mi mente como una migraña hecha de odio y vulnerabilidad, conde me cuesta tanto trabajo no estallar y deshacer mi alrededor…

Sabía que debía hacer algo, tomé mis letras, las devoré desesperadamente como si fueran pan, esperando ensordecerme, rellenarme hasta el tope para desechar todo lo inútil que se venía abalanzando sobre mí como un mar de mierda… ya había estado aquí antes, pero esta vez, el fango no azotaba de frente, donde podía defenderme, si no que escurría por las grietas de las paredes, inundando poco a poco la habitación, brindándome un enorme peligro de asfixia…

Miré el techo para abstraerme del peligro y mantener la cordura, me perdí en el salitre y comencé a rayar la madera aún más frenéticamente… cree estatuas de rostros ajenos y monumentos a instantes moribundos, usé mi memoria para apagar el fuego y transformé la existencia en una maqueta por un instante, pero cincelaba la constante molestia y asfixia por fuera de mi mente, el tablero se cerraba y me rodeaba un ejercito de peones maliciosos de sonrisas insipientes…

Respiré profundo, alcé mi vista hacia el cielo una vez más, aún esa estrella roja titilaba ominosa sobre mí y permanecía atenta a mis reacciones… lo sabía de alguna forma… era… un diamante carmesí con un iris negro en medio, era como la marca de una falla a mi alrededor, salía de lo normalmente imperfecto a lo frustrantemente incorrecto, el cielo parpadeaba de azul a blanco, de blanco a negro y de negro a inexistente… me forcé… me tragué sus alientos y me arranqué sus contactos en cuanto pude, hablé, recé… de silencio y ausencia… de realidad, de arte… de todo lo que pude…pero no logre sofocar el ruido...

En los más bellos colores encontré los más vacíos ojos, el cuarto era enrojecido por la luz titilante del cielo, las paredes se cerraban, no pude engañarme más, tomar por caricias las injurias y por verdades las vanidades pecadoras, estaba nadando en fango, era sofocado perdía la vista y la sensibilidad… tuve un sueño en el que lo exploré todo, troncos huecos, paredes blancas, mariposas sin alas… no encontré motivo para resistir, no encontré nada… estos seres están vacíos…

Todo era negro, excepto aquella luz roja, sentía algo extraño… algo nuevo… algo más potente, ¿era la aceptación? ¿Resignación?...no…lo contrario, misantropía…había un zumbido a mi alrededor que no me dejaba pensar, de hecho no me dejaba ni siquiera moverme, era una estatua de sal agrietada, carne viva salía de las grietas, un liquido negro escurría por mis ojos… pude ver a esos seres danzando a mi alrededor, incitándome a la muerte… quería salir ya… en ese preciso momento…

Me vi morir desde afuera, la estatua se partió en pedazos y mi espíritu empezó a alejarse poco a poco, hacia el cielo… pero algo me detuvo, la estrella roja, impasible, inquebrantable y al mismo tiempo sulfurada en lo que parecía ser un poder tan grande para trascender la vida y la muerte del alma… “¿Qué eres?”… “poder…” me ofreció libertad con una ráfaga de calor escalofriante, extendí mi mano etérea y al momento de tocarla sentí como todo estallaba a mi alrededor… la negrura misma desapareció y me abandoné al letargo, pero antes escuche una vos que decía “mi nombre es Ira…”

Desperté en el cuarto del techo de adoquín, ya totalmente despierto, sin luces, sin letras, sin nada fuera de lo material, estaba de pié y estaba húmedo… me pregunté qué había pasado, y me recordé a mi mismo con las manos en la cabeza harto de las voces y harto de las risas del grupo de personas vacías a mi alrededor… entonces había empezado a alucinar… creo que pasé toda una odisea dentro de mí, pero aquí afuera algo andaba mal… tenía un cuchillo en mi mano, la puerta con llave, había un silencio fúnebre, exploré el cuarto con la mirada y estaba tan rojo como la estrella de mis visiones, vi los sacos de carne, los seres… la gente… esparcida por el suelo, sangrantes, destrozados… sufrí de un ataque de misantropía… ahora los seres que exploraron mis miedos y mis pesadillas, los seres que había encontrado vacíos, estaban muertos… creo que debo de dejar de soñar despierto…
lo que es el ocio en un salon... jeje

3 comentarios:

Michelle dijo...

wow>.< esta muy...
tiene mucha...
ah....ira? no....tiene un no se que que que se yo jajaja xD esta muy bien bro,you know i'm still surprised in almost too years on xD
you write like...damn ur god xD
bueno bro me largo porke tengo fiebre y ya estoy alucinando...tu sabes la droga
cuidate te kiero
pasa por mi blog au revoir

nim dijo...

Puerka.
Me enconató.

Esta sangrientamente genial.
Se me salieron los ojos leyendolo.

Adiós.

Soiral dijo...

Genial! pero tiene un algo q todavia no se que es...
ahh y es genial la descripción que haces del "diamante carmesí con un iris negro en medio".... suena genial y me lo imagine todavia mas genial
Buen escrito

Poetry as murder

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