Memoria

Ha jugado con mi mente,
Insaciable esta realidad condescendiente,
Y este pesar ardiente
De que tu vida nunca abandone esta semilla
Que en la mía se deposita un dolor siempre
Extremista y permanente

Ha llevado mi desgracia este nombre,
De aquí hacia donde tu recuerdo se esconde,
A donde la muerte vigila tu horizonte,
Para escaparse y llevarme donde logre recordarte…
Recuerdo que ahora es este intento de arte,
Y frecuente tortura para olvidarte,
Fría y cruel, renuente a desvanecerte,
Memoria mía,
Memoria enviada de la muerte…
Triste fulgor que me desvía
Y en egoístas semblanzas me traería y llevaría
A aquel frígido lugar de hastío,
Y en cada segundo una eternidad entera me destruiría
En tus paredes de aterrador delirio
De donde desearía desaparecerme…

Tu creación un desatino
Y silenciosa tu hueste,
Sólo resuenan gritos de auxilio
De una sola víctima presente
Y por tu ventaja de estar dentro
No podría jamás escapar de tu peste…
Solo la roja letra del fastidio
De sempiterna agonía,
Solo la voz del destino
Definir el odio que te tengo podría…

Las rejas de mi culto de culpa,
La venganza de mi anímica hambruna,
Un pedazo de todas mis tortuosas lunas
Concentrado en mi cabeza dónde para mí es cada una…

Que la llamada de la muerte te destruya,
Bendito será aquél día
En el qué mía sea la supremacía
Que el pasado entero se diluya
Y que se lea solamente en esta mente vacía
“Aquí alguna vez yacía
La memoria mía”