
Una escena de represión violenta, balas sumergidas en la piel de la libertad, bombas de silencio forzado, sublimado en sangre inocente, en deseos oprimidos… una segunda escena de revolución también violenta, obteniendo la victoria el grupo que haga la mas grande de las masacres, un río de sangre el monumento al circulo vicioso progresivo de esclavitud-libertad
Deseos insanos en egoísmo basados que pulverizarán toda la moral, millones de mentes engullendo, enseñanzas de maldición y desastre, todo cubierto por el fatal velo de la inconciencia, deformando a las futuras generaciones cada vez mas bestialmente, empobreciendo nuestra naturaleza…
Una forma de existencia orientada a la decadencia, naciendo en almas corrompidas desde su primer respiro, envenenadas y corroídas en cada momento con la simplicidad malévola y la suciedad de este mundo, desvalorando la virtud que más falta hace en estos días, nuestra inocencia, que agoniza ente el peligro de extinción
Un sutra del arte de la maldad, una repetición de mantras blasfemos que invocan a todos nuestros demonios internos, que logran convertid en mentira a la verdad, a la dicha en desdicha y a la plenitud en desgracia, repetidos tantas veces que ya se han vuelto parte del ambiente, en la vida diaria…
Una esperanza en fanatismo alebrestada, convertida en violencia, símbolos que se convierten en armas, sagradas escrituras que se convierten en declaraciones de guerra, paraísos que se convierten en opio e campos de sangre, en adicción, en muerte, en otra escena de destrucción
...éstas son las escenas que contestan algunas de mis preguntas existencialistas “¿Quiénes somos?” “¿Qué somos?”
…desenmascarada la verdad de nuestro género, no encontramos la dulce cara humana de nuestras fantasías, en aquel momento en el que nos quitamos la venda de los ojos, solo encontramos una fosa de lágrimas y sangre, un mural terrorífico que abarca todas las eras de nuestra existencia, guerras hambre, perversiones, consumismo, vacío, avaricia… en paisaje negro pero irrevocablemente cierto, que plaga nuestros ojos de malicia y miseria…