Fe

“La muerte se pasea entre nosotros llevándose a nuestra propia sangre, mientras los supervivientes se alimentan de plegarias y rezos que no llevan a ningún sitio, aquellos intocables se arrodillan y les regalan más opio que logrará despertarlos la mañana siguiente con algo de suerte, solía estar entre ellos, pero ahora estoy entre mi hambre y mi sed, me aleje en el momento en el que perdí la fe, en el momento en la multiplicación de los panes y los peces, no me dio de comer… aún espero esa bondad…”

“He rezado tanto para ver el reino realizado, he sacrificado tanto por la salvación, y cada vez me siento mas cerca del infierno… ¿Por qué el camino cambia de lugar cada que vez que doy el siguiente paso? ¿Dónde esta aquél que se suponía que llamándome por mi nombre me tomaría de la mano y me guiaría por la senda que lleva al edén? ¿Dónde están mis palabras? ¿Dónde está mi fe?... ¿Por qué nadie me responde?...aún espero la respuesta…”

“He suplicado ya tantas veces el perdón… he confesado todas mis faltas a todo quién posee el poder de redimir, y las manchas no han desaparecido… puedo sentir al padre dándome la espalda, regalando mi lugar en la nueva Jerusalén a las ratas, y a los gusanos mi alma… no puedo evitarlo… he sufrido tanto, mis ojos están vacíos, mi corazón adolorido de tantos golpes de pecho, y ahora incluso mi orgullo parece reprocharme, he tenido tanta fe en el perdón de los pecados… ¿Por qué no he logrado sentirme bien?...aún espero su perdón… ”

“He hablado mucho hoy… he pensado en todo lo que el mundo necesita, en todas las palabras que deben pronunciarse para sacarnos adelante, para descubrir el bello rostro de nuestra tierra bajo el velo de la desgracia, todos sabemos lo que tenemos que hacer, lo he dicho un millón de veces, y le tengo tanta fe a mi propia especie, a mi gente… pero seguimos desfasados, la gente sigue muriendo de hambre, nada ha cambiado, sigue siendo un mundo de malicia y miseria…aún espero que me escuchen…”

“Me he sentido tan triste hoy, y derramado lágrimas en todos los lugares visibles, necesito una mano amiga, una caricia, una palabra de aliento, una que llegue por voluntad propia y no por compromiso, aquí en mi rincón sé que llegará alguien lo suficientemente sensible para darse cuenta de esto, alguien que me consuele… ¿abandonado? No… es solo que no se han dado cuenta… lo harán, tengo fe en ellos… no importa cuantos días más deba llorar…sigo esperando que me miren…”

“Conozco el final de todas las eras, se de este mundo como nadie y sé que estamos cayendo en picada el vórtex de la destrucción absoluta, de la condena eterna, no falta mucho y cada paso de damos hace grietas en una plataforma de hielo con el infierno debajo… y sin embargo, sé que podemos salvarnos, sé que vamos a salvarnos, tengo fe en la humanidad, tengo fe en nuestra capacidad de razonar…no importa la bomba nuclear que nos asesino hace tiempo, sé que nos vamos a salvar… sigo esperando a que cambien…”

He atestiguado el poder de la fe, he atestiguado los lamentos, las plegaras, la pasión, y sobre todo, la decepción… jamás he visto el final del hambre, jamás he sabido de alguien que encuentre el verdadero sentido de la vida, el propósito verdadero del destino, jamás he atestiguado la purga entera de los pecados, la destrucción del pasado y el perdón, jamás he conocido a ningún mesías en la tierra que escuche la verdad y nos ayude a cruzar este campo de sangre, jamás he sabido de alguien desinteresado sin lazos de emoción movido por la simple compasión y por la propia observación buscar por el desdichado y desvalido, jamás he visto la erradicación del hambre, el fin de las guerras, el cambio de la humanidad…

Hemos estado sobreviviendo de esperas, de arrastrarnos en el fango, comiendo las sobras de lo que cae de la mesa de nuestros aciertos y nuestros errores, y cada vez nos hundimos más, ¿Somos capaces de ver nuestro error?...

Quizá esperamos demasiado de las plegarias que otros pueden hacer por nosotros, quizá esperamos demasiado por lo que los demás pueden hacer por nosotros, cuando a nadie le interesa realmente, quizá hemos esperado demasiado de un símbolo hecho de maderos representando el vano sacrificio de una vida para que todo siguiera igual, quizá esperamos demasiado de gente estúpida que por aras del destino posee el poder, pero no tiene el destino de ser quien logre hacerlo servir, quizá esperamos demasiado de algo externo para conseguir el perdón, cuando la redención se encuentra dentro y no fuera, quizá esperamos demasiado de una humanidad demasiado pobre y vacía, que no sabe lo que busca y solo se deshace de lo bueno que se encuentra… quizá esperamos demasiado de algo tan intransigente, ingenuo e inexplicable como es la fe, quizá esperamos demasiado de la nada…quizá lo único que en realidad estamos haciendo, sea esperar la muerte…

“Nos prometieron un milagro…seguimos esperando”