Memoria… regresas del Leteo una vez más para atormentarme, los nombres sin rostro cobran vida para robar la mía, el blanco del invierno se viste de negro, invadiendo hasta los más puros y blancos de mis sueños, impacientando a un corazón cadavérico con ansias de dormir… me estoy deshaciendo aquí…
Nieve negra congela mi por venir, la sangre se proyecta en una pared de hielo… el frío de este lugar es el más crudo que conozco, el frío que no puede ser calentado, una noche eterna a merced de los lobos de la culpa, pecados que interceden por mi condena, desastres y tragedias que preceden últimas cenas y ojos funerarios que se cierran… detenme razón, en el momento en el que decida tensar la cuerda y abandonarte para siempre, uniéndome a las mórbidas imágenes de mi cabeza…
¿Existe un cementerio para las memorias? ¿Existe tal cosa como el olvido? O solo hay preludios para la próxima caída… memoria… decaes en tu vileza una vez más, te precipitas desde el descanso eterno a la más impura decadencia, a las tierras de la depresión, caes cómo hoja muerta en un otoño de violento frenesí… y ahora estoy cayendo junto a ti… cayendo por siempre contigo…
Silencio lleno de gritos, de cacofonías de un diciembre ardiente, fuego blanco que reduce el optimismo a cenizas… angustia, los susurros del viento no son otra cosa, el futuro se ve como otro capítulo de deliberada agonía…me doy cuenta de cuanto puedes lastimarme, me doy cuenta de que el dolor que se graba en el pasado es imborrable, las plegarías no pueden cambiar el pasado, la exoneración jamás deshará los crímenes…
Valentía para afrontar los hechos, inefabilidad hecha palabras… ¿Cuántas páginas de poesía oscura llevan tu nombre? ¿Cuántas de ellas se repetirán durante el resto de mi existencia?… ¿cuales palabras valen para hacer que te calmes?… ¿cuántas bastarán para que desaparezcas?...lágrimas… cuántas de aquellas palabras las encarnan, un océano hay para ahogarte…
Memoria… caes al abismo de mi alma y estoy cayendo junto a ti… ruego al destino que detenga mi caída, pido al tiempo que deshaga el eterno día de hoy, por hoy y por siempre…Memoria… cae de mí gracia , aléjate de mí… por siempre…
Nieve negra congela mi por venir, la sangre se proyecta en una pared de hielo… el frío de este lugar es el más crudo que conozco, el frío que no puede ser calentado, una noche eterna a merced de los lobos de la culpa, pecados que interceden por mi condena, desastres y tragedias que preceden últimas cenas y ojos funerarios que se cierran… detenme razón, en el momento en el que decida tensar la cuerda y abandonarte para siempre, uniéndome a las mórbidas imágenes de mi cabeza…
¿Existe un cementerio para las memorias? ¿Existe tal cosa como el olvido? O solo hay preludios para la próxima caída… memoria… decaes en tu vileza una vez más, te precipitas desde el descanso eterno a la más impura decadencia, a las tierras de la depresión, caes cómo hoja muerta en un otoño de violento frenesí… y ahora estoy cayendo junto a ti… cayendo por siempre contigo…
Silencio lleno de gritos, de cacofonías de un diciembre ardiente, fuego blanco que reduce el optimismo a cenizas… angustia, los susurros del viento no son otra cosa, el futuro se ve como otro capítulo de deliberada agonía…me doy cuenta de cuanto puedes lastimarme, me doy cuenta de que el dolor que se graba en el pasado es imborrable, las plegarías no pueden cambiar el pasado, la exoneración jamás deshará los crímenes…
Valentía para afrontar los hechos, inefabilidad hecha palabras… ¿Cuántas páginas de poesía oscura llevan tu nombre? ¿Cuántas de ellas se repetirán durante el resto de mi existencia?… ¿cuales palabras valen para hacer que te calmes?… ¿cuántas bastarán para que desaparezcas?...lágrimas… cuántas de aquellas palabras las encarnan, un océano hay para ahogarte…
Memoria… caes al abismo de mi alma y estoy cayendo junto a ti… ruego al destino que detenga mi caída, pido al tiempo que deshaga el eterno día de hoy, por hoy y por siempre…Memoria… cae de mí gracia , aléjate de mí… por siempre…
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